Había llegado
el momento. Hasta entonces nunca había pensado en ello, intentaba evitarlo,
sacarlo de mi mente de alguna manera, pero ahora no podía hacer nada. Vi a toda
mi familia y amigos rodeándome, todos
estaban allí por mí. Noté como se me hacía un nudo en la garganta y una lágrima
intentaba escapar de mis ojos pero no le dejé, no, no quería llorar. De repente
todos se quedaron en silencio y mi padre dijo:
-Es tarde,
deberías ir embarcando.
La lágrima
finalmente cayó por mi mejilla y tras ella muchas otras. Todos me abrazaron y
me fui despidiendo de ellos uno a uno. Cogí mi maleta y tras un último beso a
mis padres comencé a andar por el largo pasillo del aeropuerto. Me giré y los
vi a todos mirándome, expectantes, tal vez esperando algún cambio, algo que
hiciera que no me fuera. Puede que yo también esperase algo, pero nada llegó.
Seguí andando
por el aeropuerto, había soñado este momento durante todo un año, pero ahora
que había llegado, no sabía qué hacer. Ahora todo parecía mucho más triste que
cuando había entrado allí. Veía pasar a la gente que iba atareada de un lugar a
otro, que se despedía de sus seres queridos o que se reencontraba con ellos.
Fui andando, pasando por muchas puertas
hasta llegar a la que indicaba mi billete: T4.
Vuelo: 435719 Puerta: 7. Tras pasar por numerosos controles de seguridad
entré en el avión. Asiento: 45D.
Mi aventura comenzaba.
Quiero aclarar que esto NO es una novela, es tan solo, un relato corto. Dicho esto, espero que os haya gustado mucho y adiooos.
Holass! te he nominado en mi blog, pasate por alli en la entrada "tu blog es el mas tierno" ;) besoos <3 me encanta tu blog!
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